A lo largo de nuestra vida, cuando aparecen las situaciones tóxicas, nos enfrentamos a nuestros pensamientos en busca del equilibrio y seguridad mental porque son conceptos que asociamos a la estabilidad y a la serenidad para estar en paz con nosotros mismos.
Muchas veces, generamos estados de angustia, preocupaciones y malos pensamientos que se traducen en malas reacciones contra nosotros o hacia las personas que nos rodean.
Cuando aparece un conflicto, es necesario mediar entre dos o varias partes para volver a la calma y recuperar el control tanto de las emociones, como de las reacciones.