El desempleo tiene escalas. Existe propiamente lo que se denomina desempleo regulado y el desempleo de larga duración. Cuando en el último año y medio no se ha trabajado más de seis meses de forma alternativa, consideramos que una persona es parada de larga duración.
Todo desempleo es negativo, la prioridad debe ser toda persona que se encuentre sin empleo y no realizar distinciones entre si es mucho o es poco el tiempo que una persona se encuentra desempleada.
Suele ocurrir que muchas veces un reclutador se puede encontrar que la última experiencia laboral de un candidato es de hace algo más de dos años. Aquí surgen dos vertientes: la primera, descartar al candidato por encontrarse “fuera del mercado laboral”, considerando que esa persona no cuenta con las aptitudes necesarias para optar a un puesto, o, la segunda opción, la de coger el teléfono y preguntar al candidato por su experiencia laboral, ya sea pasada o reciente y tratar de investigar ese parón en su trayectoria.
Hoy abordaremos el tema de la temida frase “ya te llamaremos…” tras una entrevista laboral. Para ello, quiero contaros lo que me sucedió la semana pasada mientras que redactaba el contenido sobre Empleados Felices. Fue algo que me hizo enfadar mucho, tanto que estuve a punto de cambiar la temática del post. Pero finalmente respiré hondo y decidí pensar y escribir sobre este tema que vamos a comentar hoy.
Hace unas semanas tuve una Entrevista de trabajo muy interesante, las cosas como son. Se trataba de un proyecto muy atractivo dentro del ámbito de Recursos Humanos, con futuro y proyección a largo plazo, algo que lamentablemente hoy en día es muy difícil de encontrar.
Tuve la entrevista con una Consultora de RRHH encantadora, la cual, tras casi una hora de conversación me hizo esperar para que me viera la persona responsable de la Oficina en cuestión. Aparecieron dos personas con las que tuve una entrevista fluida, cercana, amena… Hasta aquí todo fenomenal. Tanto, que parecía que iba a empezar a trabajar en ese mismo momento, pero fui prudente y decidí no hacerme ilusiones. Leer más…