A la hora de buscar empleo, muchas veces nos encontramos con el término proactividad como uno de los requisitos necesarios dentro de una oferta de trabajo.
Cuando hablamos de proactividad en el entorno laboral, no solo nos referimos a la misma dentro de un puesto de trabajo. También se puede considerar entorno laboral aquél donde una persona desarrolla su búsqueda activa de empleo que, como ya hemos indicado en ocasiones anteriores, es igualmente una actividad laboral.
¿Qué es la Proactividad?
Consiste en una actitud en la que una persona asume el control pleno de su conducta de manera activa, tomando decisiones e iniciativa mediante creatividad asumiendo una determinada responsabilidad para hacer que las cosas sucedan, pudiendo decidir en cada momento qué queremos hacer y de qué forma vamos a reaccionar ante las circunstancias.
El término proactividad no debe enlazarse con la hiperactividad o actuar mediante impulsos sin pensar en la toma de decisiones. Ser proactivo no es sinónimo de ser caótico o desorganizado, sino todo lo contrario: tener capacidad para afrontar y tomar decisiones acertadas en poco tiempo.
A la hora de enfrentarse a una situación, las personas pueden ser reactivas o proactivas. ¿Cuál es la principal diferencia entre ambas?
Ser reactivo es acomodarse y afrontar las circunstancias tal y como vienen. Ser proactivo es hacer que algo suceda, y para eso, hay que probar, equivocarse y volver a empezar.
Una persona reactiva se ve afectada por las condiciones, el ambiente y las circunstancias. Su círculo es limitado y solo está bien si su entorno lo está. No tiene control para elegir sus propias acciones y tampoco asume la propia culpa. Si algo es negativo, la culpa es de los demás, se tiene mala suerte, las circunstancias no son buenas… Las personas reactivas creen que la solución está en los demás, dependiendo emocionalmente de otros y se comportan de forma pasiva ante las circunstancias.
¿Qué cualidades tiene una persona proactiva?
Como quien decide emprender e iniciar una empresa, hay que asumir riesgos. No vale solo tener una idea y dejar que fluya cediendo el control y sentarse a esperar en estado reactivo. Hay que trabajar, ser el dueño de las posibilidades que tienes, incluso de tus sueños, provocar al presente para que los efectos a corto y largo plazo sean efectivos y puedas tener el control de tu vida y lo que quieres para ti.
Una persona proactiva defiende sus valores, los cuales deben ser meditados y seleccionados para actuar conforme a sus estímulos, teniendo pleno control sobre ellos.
A la hora de buscar empleo o desempeñar un trabajo, una persona proactiva cuenta con capacidad para cumplir sus metas y objetivos, es feliz, puede anteponer valores, otorga responsabilidad a su vida y tiene capacidad para autorregularse en momentos de tensión o estrés, los cuales siempre están presentes en el día a día.
¿Cómo puedes potenciar tu proactividad en el entorno laboral?
1. Rompe el esquema de lo “políticamente correcto”: no te quedes esperando resultados si tienes una idea brillante. Sé perseverante y exprímela al máximo para ver hasta dónde puedes llegar.
2. Aprende a anticiparte a los problemas: no quiere decir que no vayas a tenerlos, pero trata de ir un paso por delante. Prevenir y anticiparse son dos buenas características a la hora de resolver una situación difícil.
3. Responsabilízate de tus propios actos: permítete ser libre con tu conducta sin pensar que vas a hacer todo mal, toma decisiones firmes y afronta los retos con mucho positivismo. Hacer algo con ilusión atrae un buen resultado.
4. Ser flexible y practicar la escucha activa: que puedas tomar decisiones propias no implica que no te puedas doblegar. Es cierto que la proactividad implica dinamismo, pero escuchar un buen consejo jamás será negativo.
5. Si te caes, vuelve a levantarte: si en el intento de practicar la proactividad no obtienes los resultados esperados, vuelve a intentarlo, busca una nueva oportunidad, tómate la libertad de resolver un problema que se pueda plantear.
La proactividad no tiene reglas. Cada persona tiene que decidir cómo vivir su vida, qué tipo de trabajo quiere desempeñar, cómo quiere llevar a cabo las funciones dentro de su puesto de trabajo… Un comportamiento proactivo permite la supervivencia dentro del entorno competitivo y cambiante que vivimos en la actualidad.
Las empresas quieren personas que sepan afrontar circunstancias difíciles y que se manejen en circunstancias de incertidumbre, aportando flexibilidad y soluciones.
Llegados al final de este post, ¿trabajas tu proactividad diariamente?
¡Gracias!