Las competencias personales y profesionales son cuestiones que nunca pasan de moda. A la hora de hablar de entrevistas de trabajo, son puntos muy a tener en cuenta en consonancia con la experiencia personal y profesional que como candidato/a se pueda aportar.
Suele suceder que en una entrevista de trabajo aparezca una pregunta relacionada con nuestras competencias a nivel personal y profesional, ya sea para hacer una descripción a nivel personal o bien para hablar de nuestras habilidades y competencias en el ámbito profesional.
Tener un conocimiento adecuado de nuestras habilidades y competencias puede ayudarnos a la construcción de nuestra Marca Personal, es decir, aquellos valores que nos definen en una imagen de manera adecuada, permitiéndonos potenciar los detalles que nos avalan.
Cuando nos preguntan en una entrevista de trabajo por un punto débil o algo que consideramos que deberíamos mejorar, directamente nos agarramos a las competencias como punto de salvamento y, en ocasiones, convertimos algo positivo en negativo sin apenas darnos cuenta.
Se puede hablar de competencias a mejorar, aportando una visión de mejora y crecimiento, pero es preciso tener en cuenta que hay competencias a las que no se deben atacar y es necesario trabajar para poder tener éxito durante un proceso de selección.
En este caso, por ejemplo, hablamos de la competencia llamada comunicación. La comunicación es esencial, clave y canal de todo proceso a la hora de mostrarnos ante alguien, y por esa razón es necesario darle un aporte de calidad y concreción a la hora de manifestar determinadas cuestiones.
¿Cómo se pueden proyectar nuestras competencias?
En ocasiones, hablar de competencias se torna tan complicado como hablar de uno/a mismo/a cuando debería ser una tarea sencilla, por la razón de que nos deberíamos conocer mejor que nadie.
Las competencias se pueden incluir en el currículum, en la carta de presentación, en redes profesionales como puede ser el perfil de LinkedIn, pero debemos tenerlas presentes siempre. Esto es, si nos preguntan, tener capacidad para poder demostrar y hacer alusión a ellas y enseñarlas.
Si alegamos tener una serie de competencias, debemos mostrar que las tenemos, bien sea durante la búsqueda de empleo, acordándonos de las ofertas a las que nos hemos apuntado, no quizá detalles a pies juntillas, pero sí empresas o si son “confidenciales”, el puesto para el que optamos.
Tenemos que estructurar bien el CV, la carta de presentación, las ideas que tenemos y el discurso que queremos ofrecer, teniendo en cuenta siempre que debe ser adaptado a cada una de las oportunidades que nos puedan surgir.
¿Competencias y Marca Personal? Sí.
Cada competencia desarrollada suele ir ligada al perfil y puesto en el que se tenga experiencia y, por tanto, es la que podemos indicar cuando realizamos una entrevista telefónica o presencial.
A la hora de hablar de competencias, se puede escoger entre muchas, unas dedicadas a temas organizativos, de comunicación, de estilo de trabajo, la resiliencia, flexibilidad y otras capacidades a valorar dentro de un perfil.
Si nos preguntan por una debilidad, es importante hacer mención a una competencia que no sea clave para esta oferta, por lo que es importante saber cuáles son las requeridas y necesarias para el puesto de trabajo.
Igualmente, si observamos que nos faltan detalles o que debemos pulir alguna competencia, la idea es organizar un plan de trabajo para poder desarrollarla.
Actualización de competencias
Cada vez es más frecuente señalar que el mercado laboral no cubre al ritmo que se quisiera puestos de trabajo relacionados directamente con la transformación digital. Cada vez hay más personas que optan por prepararse y ejercer formación relacionada con estas características porque se entiende que es el futuro.
Con la llegada de la pandemia se vio la enorme necesidad de estar adaptados a una tecnología que ya venía llamando a la puerta y que irrumpió en nuestra vida sin darnos apenas cuenta.
Si atendemos a los conocimientos y habilidades que más demandan las empresas en la actualidad, nos damos cuenta de que muchos están relacionados con el área de la tecnología, además de otros ámbitos diferentes. Esto se une a competencias como la flexibilidad, la comunicación y la resiliencia.
Esto conlleva que los nuevos sistemas tengan que dotar al personal de habilidades relacionadas con la nueva tecnología y las competencias digitales tan a la orden del día.
El aprendizaje durante toda la vida
Además del tiempo de educación que dedicamos cuando somos pequeños, es importante contar con que, si queremos estar en la onda y estar actualizados, tenemos que hacer el esfuerzo de no dejar nunca de aprender.
Realmente no debería suponer un impacto negativo, y contar con que el aprendizaje al final forma parte de nuestra vida como algo natural y cotidiano, pero, en ocasiones, es costoso valorarlo así.
Los retos a los que nos enfrentamos durante nuestra vida requieren de una conexión pura y una actualización constante de destrezas y conocimientos para pulir detalles tan importantes como son las competencias tecnológicas. Esto provoca que se puedan detectar nuevas necesidades y, por tanto, nuevas oportunidades para formarse y aprender.
Vivimos en un mundo de oportunidad, de cambio constante, pero también de ideas que proyectan caminos para nuestra trayectoria profesional.
Me gustaría entonces lanzar una pregunta: ¿consideras que las competencias cambian a medida que lo hace el mercado laboral?
¡Espero que os guste el post!
Feliz semana